¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

martes, 27 de marzo de 2007

Sobre los sentimientos


Hay calles donde la esperanza se quedó tirada en un rincón. Hay esquinas donde el amor se prostituyó con dolor. Hay avenidas donde los recuerdos fueron consolados con alcohol.

Demasiados sentimientos su pureza han perdido con el paso de los años. La vida pasa inquebrantable para ellos también. A veces me gustaría poderlos volver a meter en una cuna como bebés sentimentales... Pero sé que es mejor así, que es mejor que sean fuertes para resistir duros golpes que quedan por venir y también para disfrutar satisfacciones que aún quedan por asistir al baile de mi vida.

Poco a poco pasa el tiempo y los años y ellos siguen ahí aportándome ese halo de humanidad que sólo ellos saben dar. Hay muchos que no me gustan nada, otros que odio, algunos que espero que cambien, otros que me encantan, unos cuantos que me quedan aún por descubrir, también están aquellos que aún no han tenido su momento de gloria y los que han pasado sin pena ni gloria por mi corta existencia. Pero a todos ellos les debo algo. Les debo todo mi ser. Si alguno de ellos cambiara por completo, se transformara, también sería yo quien cambiara, quizá para mejor, quizá para peor. Pero eso no es algo que me preocupe porque si lo hacen sé que su razón tendrán o ya haré yo para que la tengan, aunque no conviene forzarlos porque crean un conjunto muy singular, un equipo cuyo equilibrio no es muy recomendable tocar pues todo juntos pueden cambiar en el interior de un ser pensante.

¡Ay, sentimientos! ¡Qué misteriosos y sublimes! ¡Qué humildes y soberbios! ¡Qué míos y de todos a un tiempo!

jueves, 22 de marzo de 2007

Esas cosas lejanas que quiero

Poco a poco se marchitan algunas flores que no puedo regar. El abono que dejé hace tiempo se va acabando para otras. Pero no me preocupa y sí a la vez. Algunas de esas flores tenían espinas que llegaron a clavarse en mí muy adentro, sangrando mis dedos a cada momento. Otras eran lisas pero feas. Pero muchas de las espinosas eran extraordinariamente bellas y radiantes y me encantaba hablar con ellas mil y un instantes.

La cuestión es que he encontrado un nuevo jardín que se aleja en el espacio y el tiempo de todos mis otros jardines. Pero a veces un extraño tren me lleva a visitar a mis antiguos jardines aunque sólo me da tiempo a regar y a abonar las flores más bellas y radiantes, las flores más joviales, las flores que se arrancaron las espinas por mi. Y otras ocasiones me traen en ese mismo tren o en un autobús que no conozco a las flores que más apreció.


El tiempo y la distancia no lo marchitan todo. Hay cosas que permanecen casi impolutas con un poco de cariño. Hay personas que cambian y a la vez respetan tus cambios. Y para ello sólo piden una conversación donde se deje todo claro por escrito en el diario de nuestras mentes.


Me encanta poder decir que hay cosas a más de 200 kilómetros que es como si siguieran estando en mi misma calle, en mi mismo edificio. ¡Os quiero!

jueves, 15 de marzo de 2007

Descifrando el jeroglífico


Es dificil decirte algo cuando no sé ni como es tu cara, ni de dónde eres, ni que lengua hablas, ni que edad tienes, ni tu dirección de messenger... Es muy complicado entender mi vida sin el consuelo de saber que existirás y que me querrás.

En ocasiones te imagino. Imagino tus besos, tus caricias, tus bailes... Y sonrió porque sólo sé que no sé nada y me fastidia realmente darle la razón a ese tal Sócrates que lleva más de 2000 años muerto. Y de pensar en ti mi mente empieza a volar por el mundo de la paranoia, a imaginarte en caras, corazones, inteligencias, miradas, labios que ya conozco. Incluso hay veces que me invade la seguridad de que ya te conozco y creo que es a ti a quien miro a escondidas con furtivas miradas enamoradas.

Pero tu cuerpo y tu alma siguen siendo para mí un misterio. Siguen siendo para mí un jeroglífico que he de resolver. Que ansío resolver. Pero lo decepcionante será si no eres nadie, si en realidad no existes más que en estos pensamientos aquí plasmados con tinta cibernética.

No quiero presionarte a que des la cara. Aunque, en parte, me encantaría que lo hicieras. Pero me gustaría descubrirte infraganti mientras tu me buscas a mi también y que te sorprendas tú también de haber descubierto el gran enigma de nuestras existencias.