El diferencial de tus labios no está. La luz no puebla mi corazón oscuro que se contorsiona. Pero sigue latiendo. Eso es lo que cuenta. Busco la luz. Voy hacia ella. Y quizás lo más importante sea en realidad el camino. Los pasos andados para que no se pare el corazón.
Mi inteligencia falló. Saltaron los plomos del cerebro sin deber. Apagón. Sí, en la cabeza también. Pero bueno, se reinicia el sistema. La luz vuelve. Menos mal. Las neuronas vuelven a funcionar.
Escondido en un rincón me quedo, tras reiniciar. Cargando los datos de un pasado para establecer los comandos de un futuro. Abro los sentidos en derredor, llega a mí lo que me rodea como en una ensoñación.
Respiro, doy energía a mi ser, porque el siguiente paso es que me he de mover. La energía potencial convierto en cinética. Corro, corro, sin parar. El horizonte está más cerca. Lo voy a alcanzar... No, nunca. La utopía en mi día gris. Me deberé echar a dormir, y mañana despertar distinto, sin la resaca de un barato vino tinto.
Y ahora cuando me cubra la sábana mis neuronas viajarán hacia preguntas o lugares. Eso ya da igual.
No me entiendas, no lo intentes, sólo has de disfrutar. De versos escritos en prosa sobre los que se puede rodar y gritar a barlovento, gritando por gritar.
Horizonte de polizontes, a ese quiero llegar. Donde desembarcaron palabras que escondidas quisieron resucitar al salir de ese barco, de ese barco de mi mente, de ese que es mentira y verdad. La vida es difícil y yo me la complico aún más.
Mi inteligencia falló. Saltaron los plomos del cerebro sin deber. Apagón. Sí, en la cabeza también. Pero bueno, se reinicia el sistema. La luz vuelve. Menos mal. Las neuronas vuelven a funcionar.
Escondido en un rincón me quedo, tras reiniciar. Cargando los datos de un pasado para establecer los comandos de un futuro. Abro los sentidos en derredor, llega a mí lo que me rodea como en una ensoñación.
Respiro, doy energía a mi ser, porque el siguiente paso es que me he de mover. La energía potencial convierto en cinética. Corro, corro, sin parar. El horizonte está más cerca. Lo voy a alcanzar... No, nunca. La utopía en mi día gris. Me deberé echar a dormir, y mañana despertar distinto, sin la resaca de un barato vino tinto.
Y ahora cuando me cubra la sábana mis neuronas viajarán hacia preguntas o lugares. Eso ya da igual.
No me entiendas, no lo intentes, sólo has de disfrutar. De versos escritos en prosa sobre los que se puede rodar y gritar a barlovento, gritando por gritar.
Horizonte de polizontes, a ese quiero llegar. Donde desembarcaron palabras que escondidas quisieron resucitar al salir de ese barco, de ese barco de mi mente, de ese que es mentira y verdad. La vida es difícil y yo me la complico aún más.