¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

miércoles, 18 de junio de 2008

Puntas de iceberg



El aire entra por la ventana. Suave, tierno. Caluroso por el día y fresco por la noche. El sonido del ventilador remueve las partículas aladas. Las lanza cruelmente hacia mí para combatir mi calor del mediodía mediterráneo entre extrañas felonías.

Todo cobra vida ante la quietud. El más leve movimiento cobra sentido. Un sentido magnánimo.


Y mientras se disfruta de todo y nada la vida pasa. El tiempo también. La tristeza ya no existe. O por lo menos no siempre. Los malos y buenos tragos vienen y se van. Un carrusel es la vida que corre con trotes, rampas, muros, escaleras que hay que trepar o bajar dependiendo de los mapas que en tu mente hallarás.


Prometí olvidar demasiadas cosas que aún recuerdo. Y no me acuerdo de tantas otras que juré no olvidar. Está cabeza tan mía no me deja respirar solo. Preocupado hoy me encuentro pues quien no recuerda su pasado es capaz de repetirlo, de mentir y de hacer mil y una veces la misma pregunta.


El presente es curioso pues cuando pretendes hablar de él o cambiarlo ya se ha convertido en un inmutable pasado. El pasado está ahí quieto e indeleble. El futuro se contorsiona, se difumina, nunca acaba de llegar. Quizás sea este tiempo lo difícil de la vida pues no se puede controlar. Lo difícil y bonito pues sin cuarta dimensión no hay quien sepa dar un paso para adelante o para atrás y ser un poco diferente o directamente cambiar.

lunes, 16 de junio de 2008

Nubes de tristeza



Vuelven desdichadas. Vuelven carcomiendo mi cerebro. Vuelven sin tapujos y también sin miramientos. Vuelven las arpías tristes


Hoy no seré positivo ya que no puedo, hoy seré más bien todo aquello que no quiero. Triste, tonto y desdichado. Y también mal dibujante. Así seré pesimista, así no caerá ningún ángel.


Mañana amaneceré con una extraña resaca, la que da todo aquello que hace que se derramen mis lágrimas. Será esa extraña conciencia que de vez en cuando me entra que me grita sin cuidado que estoy solo y no como cualquier otro ser humano. Mete el dedo en la llaga del pasado. En aquellos tantos bailes solitarios sobre tarimas de madera de los que se me han clavado astillas tan adentro que no salen si entero no me despellejas.


Intento huir otra vez. Me lo noto. Siempre huyendo. Mi culo de mal asiento sigue siéndolo. Maldito mundo. Malditas decisiones mal tomadas. Maldita precipitación comedida y pausada.

Cada vez quiero huir más lejos en busca de ese pequeño trocito de cielo. Siempre que creo haberlo encontrado... se desvanece entre mis dedos cual pequeña nube de algodón de azúcar en un extraño sueño.