¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

martes, 15 de marzo de 2011

Endeble e indeleble


Indeleble, que no se puede borrar. Así es la vida, los recuerdos, esas marcas imborrables del cerebro. Así es la vida, las necesidades primitivas y no tanto, que nos llaman, que nos hacen sentir fuerzas incontrolables y animalescas. Así es la vida, un próximo futuro ilusorio, un perpetuo presente cobarde, un incansable pasado indeleble.

Cuando falta valor la ansiedad invade el corazón, se adueña de él. Las telarañas empiezan a rodear de una manera descarada el músculo vital. El órgano se encoge cual enano entre gigantes ante la necesidad de ser apretado, de que le saquen todo el jugo, de latir salvajemente por algo o alguien. Los átomos de los tejidos del corazón no están fabricados con una aleación de hierro y carbono, pero suenan, resuenan... a pesar de ser endebles.

Los pasos siguen, el caminante sigue su curso en el cegador camino de la vida. ¿Miedo a echar a correr hacia atrás? No, arrastré muchas cosas buenas, pero no todo lo que quería. Y quizás algún día sea lo más adecuado huir despavorido a refugiarme en algunos brazos, a besar algunos labios, a escribir algún cuento chino para niños del Japón...

Pero, ¿porqué parece la vida tan endeble e indeleble? ¿Lo es?