¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Claridad


Agua clara que desciende rápida cuando nace con la vorágine del tiempo y de lo nuevo. Agua que aumenta su caudal poquito a poco recibiendo los regalos de la niñez y madurez prematura. Agua que después se estabiliza en un rítmico caudal que continúa creciendo. Agua que se enriquece de minerales varios. Agua que se estanca en un embalse la mitad de su vida.

Y yo no quiero embalse, no quiero presas de las mil gargantas que atragantan. Tampoco quiero desierto, ni dormido ni despierto, aunque sea un mar de arena por la que escurrirme hasta algún sitio ahí abajo que no entiendo. Tampoco quiero ya el final oceánico y acuoso de mis días acompañado con efluvios lacrimosos. Pero estoy harto y lo grito a los cuatro puntos cardinales con sus vientos adosados. 

Un día dí un paso hacia delante. Intenté hacerlo con talante. Pero no. Las puertas se cierran y abren, sus goznes chirrían y no me interesan. Ya lo conté hace mucho tiempo y me canso de hacerlo... y de vivirlo también estoy harto. ¿Y cual es el problema del ruido? No estar suficientemente lejos para no escucharlo. Básicamente refugiarte en la habitación contigua a los chirridos que no cesan, de manera periódica, es como andar por el borde de una fría piscina sin atreverte a tirarte. Pero es que saber nadar no es flotar en el agua.

Quiero volver a la tinta que aparece y desaparece con la magia increíble que nunca decrece. Quiero volver a las notas que nunca me sobran y que me rodean tenuemente de forma vehemente. Quiero volver a las lenguas de fuego, que poco a poco descifro, trepando por la gigantesca torre de Babel de este siglo. Quiero volver al esfuerzo que refuerzo con lo estable de un camino, yo no trepo. Quiero volver a zambullirme en lejanos estanques y ver con claridad en su fondo que nada se esconde.

Y es que en este espacio temporal en el que se convive malviviendo no se puede soportar al que anda jodiendo. Ser transparente y sincero puede ser una utopía pero estoy harto de tanta frugal miopía. Claridad por favor jamás abandones mi seno y contagia a todo aquel que ose entrar en mis terrenos.

¿Qué es lo malo? Que un día, hace ya mucho, perdí la inocencia. Ya no puedo diferenciar sin dudar, creer sin querer. Y dudo de lo mostrado, por si me dicen algo supuestamente claro y después resulta que soy timado. 

Quiero recorrer mil leguas en mi mente para salir de repente a un mar de algo nuevo. Por favor destino ponme algún camino.