En el circulo polar de mi cabeza se arremolina el inframundo helado de mis desvaríos. Oscuros secretos se esconden esperando a ser lavados con cepillos de cartón piedra. Claras verdades en otro lugar, en otra parte, salen sólo para evitar morir congeladas en la sombra de mi entelequia humana.
Andan los hombres que lobos se hacen una o dos veces al mes, porque un día les mordió otro igual con rencor contenido sólo por jorobar. Y yo cordero entre lobos quiero escapar. Aunque quizás sea yo el más lobo, el licántropo que a todos ha de picar como una burda abeja para llevar miel a su panal. Y lo desconozco en mi ignoracia, ignorancia de aquel que no enlaza el gris de una piedra con la onda, que forma en el lago, que se esparce cual sonido gallardo hasta hallar un bolardo.
Giran en torbellinos decrecientes de letras ideas que no puedo encauzar. Giran, se doblan, saltan, se retuercen, miran, se huelen las palabras aladas que vuelan libres pero atadas. Gaviotas de frases con fondo, halcones de párrafos sin fin, gorriones con descarados versos de poeta muerto.
Me reconocí al fin en el espejo, dije verdades como casas ante él. Mejor una verdad sin maquillar que aquella maquillada tras la muerte de todos los testigos.
La luna llora porque han muerto los reyes de bastos de cada baraja. La tierra se mueve por un terremoto de cetros caídos. Mi corazón tiembla al contemplar allí quieta a la puta de oros tranquila y fiestera sin saber lo que le pasa allí cerca a una cepa sin uva, un ser sin cabeza, una pequeña agonía...
Andan los hombres que lobos se hacen una o dos veces al mes, porque un día les mordió otro igual con rencor contenido sólo por jorobar. Y yo cordero entre lobos quiero escapar. Aunque quizás sea yo el más lobo, el licántropo que a todos ha de picar como una burda abeja para llevar miel a su panal. Y lo desconozco en mi ignoracia, ignorancia de aquel que no enlaza el gris de una piedra con la onda, que forma en el lago, que se esparce cual sonido gallardo hasta hallar un bolardo.
Giran en torbellinos decrecientes de letras ideas que no puedo encauzar. Giran, se doblan, saltan, se retuercen, miran, se huelen las palabras aladas que vuelan libres pero atadas. Gaviotas de frases con fondo, halcones de párrafos sin fin, gorriones con descarados versos de poeta muerto.
Me reconocí al fin en el espejo, dije verdades como casas ante él. Mejor una verdad sin maquillar que aquella maquillada tras la muerte de todos los testigos.
La luna llora porque han muerto los reyes de bastos de cada baraja. La tierra se mueve por un terremoto de cetros caídos. Mi corazón tiembla al contemplar allí quieta a la puta de oros tranquila y fiestera sin saber lo que le pasa allí cerca a una cepa sin uva, un ser sin cabeza, una pequeña agonía...
5 comentarios:
Hola :_)
Gracias x pasarte. Me pasaré yo tb por aquí.
A veces yo tb me siento un cordero entre lobos...
Escribes bien :)
:*
Hola
Me llegaron tus palabras, esas que dejastes en mi rincón, sabes? tienes razón. Gracias por dejarme tu sentir.
Creo que hace mucho no pasaba por aquí y veo que sigues lleno de ideas y buenos escritos. Me gustó este, especialmente , como lo comienzas.
Un saludo caribeño
Entre el frío polar y los lobos cuesta encauzar las ideas.
Pero al final se consigue aunque las palabras nos queden un poco tristes.
Un abrazo
has probado de darte con piedra pomez en la cabeza?
Pues la verdad es que no he probado. Siempre he tenido entendido que la piedra pómez era para los callos. ¿insinúas que mi cabeza es un callo? XD
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