¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

miércoles, 16 de junio de 2010

Soldadito sin plomo

La vida es todo lo que en realidad tenemos. El latir de nuestros corazones, el funcionamiento de nuestra masa cerebral, las constantes vitales sin descanso los fines de semana ni tan siquiera para dormir. Pero todo lo automático, lo importante, lo revestimos con la chaqueta del pasotismo casi extremo. El incesante goteo de segundos en la tubería desenfrenada de lo vivido coloca lo que se hace solo en la categoría de lo inerte, de lo que apenas existe. Todo lo demás lo revestimos de una importancia suprema, de la importancia que tiene todo aquello que no la tiene.

Cuando no hay nada mejor que hacer el aburrimiento se yergue en general, o más bien en el soldadito de plomo que un pez un día se comió y acabó en otros mares que yo nunca veré...

Pero claro al levantarnos de la cama, después de haber hecho nada y no haber hecho algo, la vida se nos antoja cruelmente inservible, vorazmente inútil, asquerosamente estancada. Mientras yo sueño con todo aquello que no hago, busco todo aquello que no encuentro, cojo todo aquello que no es mío.

Y de repente el odio de los demás quema mi espalda. Odio de aquellos que sólo son capaces de ver su única cicatriz, la del ombligo. No ven la de mi frente, a la derecha, por meterme a defender a quien después se alejó. Nadie nos debe nada, si no lo ha firmado un juez o un notario o ha salido en algún medio de comunicación y lo ha visto hasta el soldadito antes de salir del agua en pos del aire que le falta.

¿Tengo alma? Si es así, que me la quiten. Si no es así, que me la pongan. Sólo necesito algo diferente. Sólo necesito que no me sigan mirando a los ojos como si no pasara nada, como si no hubieran visto que dentro de mis ojos hay lagrimas que no ven, o quizás sí. Sólo necesito un bello ángel que me lleve en volandas a un nuevo mundo, donde todo lo demás dé igual.

3 comentarios:

MeTis dijo...

para mi ese angel se llama suicidio.

y mientras tanto, a seguir intentando adivinar porque todavia late el corazon.

un abrazo.

Arlequín Fantasma dijo...

Sabias palabras "solo nos tenemos a nosotros mismos", lo triste es que nosotros no somos nada sino la suma de acontecimientos, un experimento inconcluso del azar y el recuerdo. Lo importante, realmente lo único importante en esta vida, es buscar del futuro los recuerdos que nos hagan y nos den lo que queremos ser y tener. Así que encuentra ese ángel y ruega por buenos recuerdos.

Jessica dijo...

"¿Tengo alma? Si es así, que me la quiten."

Me encanta el texto. Y creéme, ese ángel llega cuando menos te lo esperas, cuando piensas que estás en un callejón sin salida, cuando te quieres rendir.


Un saludo!