¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

miércoles, 31 de enero de 2007

Tristezas que se llevan dentro


Espero que mis palabras no causen ningún daño. Espero que no se claven como dagas de idiotez en los corazones ajenos.

Demasiados ojos observo cada día implorando mi silencio. Que me calle me piden sin esmero. Y yo, en mi pesada pesadez, sigo hablando porque no entiendo lo que piden a pesar de la falta de complejidad de lo enunciado. Mis palabras se chocan en demasiadas ocasiones con momentos equivocados.

Pero no soy tonto aunque sé que lo parezco. Sé que hago mil y una tonterías que no tienen porqué agradar a todo el mundo, pero son tonterías inocentes, para intentar alegrar a la gente en este raro mundo de preocupaciones constantes.

Lo malo llega cuando se piensan que no queda un ser pensante más adentro, un ser que siente, que es capaz de estar muy triste. Cuando los demás están tristes siempre hay alguien que pregunta, yo mismo suelo hacerlo aunque muchas veces no me dejen. Pero pocas personas vienen a mí a preguntarme con la pesadez necesaria para que hable cuando la tristeza me cubre.

Sí, mis silencios y mis palabras andan en un compás bastante malo. Y se descubre, con el paso de los años, que amigos son los que están contigo y te preguntan mil y una veces qué te pasa, son los que soportan tus tonterías y te dicen con claridad cuando te pasas, son los que saben qué te pasa sin emitir siquiera una palabra... Son los que intentan que el compás de ruidos y silencios vaya a un acompasado adecuadamente, a la vez que el viento de lo que va pasando.

A todos los demás os olvidaré como se olvida un paisaje que no gusta, un edificio que no destaca... A los que de verdad no son amigos, se les olvida fácilmente, no sin pena, claro está, porque dejan huella, como todo. Pero cuesta muy poco olvidarles y en parte me alegro.

Sin embargo, gracias a todos aquellos que me dicen cada día que me quieren con mil y una acciones pues gracias a ellos soy quién soy y sigo vivo pudiendo mirar para adelante, aunque hay tristezas que no me quita nadie.

1 comentario:

Isabel dijo...

esta entrada me ha encantado. Tenía curiosidad por ver cómo fue tu blog en sus comienzos. Besos