¿Dónde has entrado?

Acabas de entrar a un extraño mundo, donde el discernimiento humano escribe con una extraña pluma. Mi teclado es rodeado por mi locura en un extraño halo que no puedo alcanzar a definir y cuando se mezcla con algunos profundos sentimientos... da este blog como resultado.

martes, 15 de mayo de 2007

Lágrimas


Qué fácil es sentir las huellas clavarse en la arena y qué fácilmente las borra el viento o el mar. Qué fácil es llorar y qué fácilmente se borra la lágrima de nuestro rostro humano para que no nos vean tristes, sufriendo a cada paso, añorando aquella lejana tierra, aquellos amigos que lejos se encuentran.

Lágrimas surcadoras de caras, lágrimas amargas, desconsoladas, terribles, arropadoras, libertadoras... Cuanto tiempo estábamos sin vernos, sin tocarnos. Cuánto tiempo estabas sin derramarte por el balcón de mi mirada. Mis ojos se habían secado de felicidad y ahora vuelvo a hundirme en esta tiniebla. En esta incertidumbre. No es una brisa del pasado, sino algo nuevo del presente.

Las estrellas a veces resplandecen como lágrimas lloradas por el cielo que se quedaron condensadas a una altura considerable. El Sol intenta calentarlas para que caigan, para liberar al cielo, su amigo, de esa infinita tristeza, de ese permanente llorar. Y por el día nos impide ver esas lágrimas a los seres humanos para no entristecer y enfriar nuestras vidas. Ese calor nos recubre, nos fortalece, pero siempre quedaran esas catedrales góticas oscuras, como refugios de la noche y de la tristeza, como refugios de esas lágrimas que hace millones de años se vertieron en el éter, en la nada.

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