Ha llovido mucho desde la última vez que mis palabras quisieron adentrarse en los extensos dominios cibernéticos. Abril se fue y yo sin aparecer. Pero lo importante es volver, es saber que hay un abstracto lugar de intrépidos verbos que gobiernan ejércitos de palabras voladoras aunque cobardes y valientes. Pero han vuelto las afiladas letras a colmar el país de mi imaginación, las frases y oraciones han plantado el yermo páramo de estrofas, versos y párrafos.
Es importante volver, no sólo a utilizar una pluma en forma de teclado o a leer sentimientos encontrados de este mundo tan humano, sino volver también a aquel lugar que nos vio nacer y crecer y saber que una suave magia de ese sitio nos recorre por todos lados, que llevamos impreso un tatuaje transparente e inintiligible en el que se detalla lo que debemos a ciertos lugares.
Es importante sacar a nuestro ser profundo de la caverna en la que a veces hiberna y que nos hace recubrirnos de un mundo mundano y superficial. Hace poco a mí me pegaron un toque, mi ser profundo empezaba a padecer por inanición. Ahora estoy poco a poco alimentándolo para intentar que vuelva a ser el mismo. Creo que lo conseguiré. Lo salvé a tiempo aunque creo que nunca hubiera muerto, que es un ser inmortal que nos vive muy adentro y a quien siempre se pude recuperar si se necesita. Lo que no sé es si es un ente rencoroso. Espero nunca tener que llegar a averiguarlo.
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